
Al principio el poder colonial en Nigeria se basaba de manera implícita en el concepto de un país y varios pueblos, y se hizo poco para crear instituciones y procedimientos unificadores para estos pueblos. La geografía interna del colonialismo se expresaba como una geografía cultural, que hacía hincapié en las diferencias entre los pueblos, y la conexión indisoluble entre los miembros de la “tribu”, sus territorios y sus jefes. La administración regional colonial consolidó la relación entre las divisiones étnicas y las fronteras administrativas: Hausa-Fulani en el norte; Igbo en el este y Yoruba en el oeste.
Las minorías étnicas de cada región estaban obligadas a acomodarse lo mejor que podían en cada región. Se examinan los cuatro factores que guiaron la evolución del Estado nigeriano desde 1900: las políticas y prácticas de las administraciones coloniales; las actitudes y prejuicios de los administradores coloniales; y le economía colonial. Desde los años 40, a estos tres factores se sumó el de las políticas de las nuevas elites regionales que tenían el incentivo para movilizarse siguiendo las líneas regionales y étnicas, y en el proceso se profundizaron las divisiones que se habían desarrollado durante el régimen colonial.
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